
Prevenir la tos, ¿es posible?
Prevenir la tos es posible, aunque no es fácil. Por sus causas diversas a menudo será complicado prevenir todos los detonantes, pero sí hay una serie de recomendaciones que pueden ayudar.
Antes que nada, conviene recordar que hay ocasiones en las que la tos es nuestro aliado y eliminarla no es recomendable. Esto sucede con la tos productiva –la que cursa con mucosidad y expectoración– cuya misión es expulsar el exceso de moco y los elementos irritantes de bronquios y vías respiratorias.
En el caso de la tos seca o nerviosa, hablamos de una tos improductiva, que puede llegar a ser muy molesta y mermar nuestra calidad de vida.
Cuando la tos no tiene una función productiva lo ideal es remediarla y, a ser posible, prevenirla.
Consejos para prevenir la tos seca
Teniendo en cuenta que en un 75% de los casos la tos viene causada por resfriados o procesos gripales, muchas de las recomendaciones se centran en proteger las membranas mucosas de virus e infecciones y en reforzar el sistema inmune, sobre todo durante los meses de invierno.
Proteger las membranas mucosas;
- Beber de 2 a 3 litros de agua al día, o líquidos como zumo o infusiones, con el fin de hidratar las mucosas y diluir el exceso de mucosidad.
- Mantener la temperatura ambiente entre 19º y 21º, excepto en el dormitorio, donde lo ideal es no más de 18º.
- Utilizar humidificadores para evitar la sequedad ambiental.
- Ventilar las estancias 2 a 3 veces al día para renovar el aire, sobre todo las más frecuentadas, como el salón o la oficina.
- Evitar los ambientes cargados de humo o polvo.
- No hacer ejercicio al aire libre en días con alerta de contaminación atmosférica.
- Abrigarse bien, protegiendo boca y nariz, en días de frío o viento.
Reforzar el sistema inmune;
- Seguir una dieta sana, rica en frutas y verduras.
- Controlar el estrés y la ansiedad.
- Reducir el consumo de alcohol.
- No fumar.
- Dormir lo suficiente y descansar bien.
- Evitar el contacto físico y no compartir vasos o cubiertos con personas resfriadas, para prevenir el contagio.
- Lavarse las manos a fondo y con frecuencia, sobre todo antes de las comidas, o llevar un desinfectante de manos en gel si se está fuera de casa.
- Lavar bien los alimentos frescos, para eliminar tóxicos o contaminantes.
- Vigilar con los cambios bruscos de temperatura (sistemas de calefacción, refrigeración...).
- Despejar las fosas nasales cuando hay acumulación de mucosidad seca, ya que puede ser un foco de infección (sobre todo en niños).
- Tomar vitaminas que refuercen el organismo (como la vitamina C).
- Utilizar pañuelos desechables.
Además de los consejos anteriores, también puede ayudar:
- Dormir con una ligera elevación para facilitar el movimiento de la respiración y evitar que la mucosidad se acumule en las vías respiratorias. Una solución fácil es optar por dos almohadas.
- Tomar baños calientes para humedecer las vías respiratorias a través del vapor.
Consejos para prevenir la tos en personas mayores
Las personas de más de 65 años constituyen un grupo de riesgo y pueden sufrir complicaciones respiratorias si contraen una gripe o resfriado, así que en su caso, las medidas de prevención para evitar enfermar son la clave.

Aparte de todas las recomendaciones listadas en el apartado anterior, algunos consejos específicos para ellos son:
- Vacunarse contra la gripe y el neumococo (por recomendación de la Organización Mundial de la Salud).
- Respirar profundo 2 o 3 veces cada hora, para abrir las vías respiratorias.
- Salir a caminar, si es posible, cada día. El movimiento refuerza los pulmones y remueve la mucosidad.
- Realizar fisioterapia respiratoria. Mantener el sistema respiratorio en forma y aprender a respirar correctamente pueden ser de gran ayuda para evitar la tos y las dolencias respiratorias.
- Visitar al médico si la tos persiste o si aparecen otros síntomas, como un aumento de la mucosidad o fiebre.
Prevención de la tos alérgica
Lo esencial en este caso será eliminar el elemento alérgeno o la exposición al mismo. Para ello, debemos conocer cuál es el elemento o elementos que provocan la alergia, con el diagnóstico de un experto.

De todas formas, a nivel general, podemos reducir la presencia de alérgenos en nuestro entorno aplicando una o varias de las siguientes medidas:
- Instalar un filtro de aire HEPA (filtros de retención de partículas de alta eficiencia) para reducir los alérgenos presentes en el aire.
- En caso de alergia a factores ambientales como el polen, cambiarse de ropa, ducharse al llegar a casa y mantener las ventanas cerradas.
- Reducir el contacto con animales y mascotas. Esta es una recomendación dirigida principalmente a personas alérgicas a los animales, pero también es aconsejable en caso de pacientes con asma, rinitis u otras alergias (ácaros, hongos), pues la exposición continuada a los alérgenos animales les predispone a sensibilizarse y, con el tiempo, podrían desarrollar la enfermedad.
- Mantener un nivel de humedad en el hogar del 35% (solución antiácaros).
- Usar sábanas y edredones antiácaros.
En cualquier caso, siempre es recomendable no ignorar los primeros síntomas de tos y en caso de prolongarse más de lo habitual, consultar con el médico o el farmacéutico para evitar complicaciones.

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